La democracia aparece por primera vez
en muchas de las antiguas civilizaciones que organizaron sus instituciones
sobre la base de los sistemas comunitarios e igualitarios tribales (democracia tribal).
Entre los casos mejor conocidos se
encuentran la relativamente breve experiencia de algunas ciudades estados de la
Antigua Grecia, en especial Atenas alrededor del
año 500 a. C. Las pequeñas
dimensiones y la escasa población de las polis (o ciudades
griegas) explican la posibilidad de que apareciera una asamblea del pueblo, de
la que solo podían formar parte los varones libres, excluyendo así al 75% de la
población integrada por esclavos, mujeres y extranjeros. La asamblea fue el
símbolo de la democracia ateniense. En la democracia griega no existía la representación, los cargos de gobierno eran ocupados
alternativamente por todos los ciudadanos y la soberanía de la asamblea
era absoluta. Todas estas restricciones y la reducida población de Atenas (unos
300.000 habitantes) permitieron minimizar las obvias dificultades logísticas de
esta forma de gobierno.
En América en el siglo XII se formó la
Liga Democrática y Constitucional de Haudenosaunee, integrada por
las naciones Séneca, Cayuga, Oneida, Onondaga y Mohicanos, donde se
consagraron los principios de limitación y división del poder, así como de
igualdad democrática de hombres y mujeres. La democracia de Haudenosaunee ha
sido considerada por varios pensadores como el antecedente más directo de la
democracia moderna.[20]
Durante la Edad Media europea se utilizó el
término de «democracias urbanas» para designar a las ciudades comerciales,
sobre todo en Italia y Flandes, pero en
realidad eran gobernadas por un régimen aristocrático. También
existieron algunas democracias llamadas campesinas, como la de Islandia, cuyo primer Parlamento se reunió en
930 y la de los cantones suizos en el siglo XIII. A fines del siglo
XII se organizaron sobre principios democráticos las Cortes del Reino de León (1188), inicialmente
llamado «ayuntamiento», debido a que reunía representantes
de todos los estamentos sociales. En escritores como Guillermo de Ockham, Marsilio de Padua y Altusio aparecen concepciones sobre la soberanía del pueblo, que fueron consideradas como
revolucionarias y que más tarde serían recogidas por autores como Hobbes, Locke y Rousseau.
Como se desarrolla.
La democracia es un sistema en el que
la ciudadanía puede quitar de sus puestos a los gobernantes sin tener que
cambiar toda la base legal del gobierno. En este sentido la democracia reduce
la inestabilidad política y asegura a los ciudadanos que por mucho que
disientan de las políticas del gobierno en un momento dado, siempre tendrán una
oportunidad regular de cambiar a quienes gobiernan, o incluso de cambiar
directamente las políticas con las cuales no están de acuerdo, en los casos en
que la democracia representativa se combine con la democracia directa. La mayoría de la gente coincide en
que esto es preferible a un sistema en el que los cambios políticos se llevan a
cabo por medio de la violencia, lo que desemboca la mayoría de las veces en un golpe de estado o una guerra civil.
Por otra parte, las evidencias
empíricas parecen mostrar que dos democracias nunca o casi nunca han entrado en
una guerra. Un ejemplo es un estudio de todas las guerras sucedidas desde 1816
hasta 1991, en el que se definió «guerra» como acción militar con más de 1000
bajas en combate y «democracia» como un estado con más de dos tercios de la
población masculina con derecho a voto. El estudio encontró 198 guerras entre
«no-democracias», 155 guerras entre democracias y no-democracias, y ninguna
guerra entre democracias. De todas formas, este planteamiento sigue suscitando
polémica y está sujeto a una gran investigación académica y debate.
Cuando la guerra se produce, las
democracias a veces responden con lentitud a causa de los requisitos legales y
burocráticos necesarios para tomar decisiones. En una democracia normalmente el
parlamento debe aprobar una declaración de guerra antes de comenzar o incorporarse a
las hostilidades, aunque algunas veces el ejecutivo tiene poder para tomar la
iniciativa simplemente informando al parlamento de la decisión. Además, si se
instituye un alistamiento de cara a la eventual guerra, la ciudadanía puede
protestar. Las monarquías y dictaduras en teoría pueden actuar inmediatamente
por no estar sujetas al funcionamiento legal y burocrático de las democracias,
pero a menudo no lo hacen, e históricamente las monarquías también realizaban
declaraciones de guerra. A pesar de todo lo comentado, o quizá a causa de ello,
históricamente las democracias han sido capaces de mantener su seguridad.
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